Estamos en Puebla de Valles, en la provincia de Guadalajara, donde realizamos la ruta del Pozo de la Roca. Ubicado al final del cañón, justo cuando el Jarama remansa sus aguas, junto a una playa natural rodeada de alisos, fresnos y álamos, el Pozo de la Roca es un lugar mágico, además de bello. La ruta es un suave descenso hasta la orilla del río, siguiendo el cauce del Arroyo del Lugar y bordeando las terrazas arcillosas del Cuaternario. En las tardes de verano podemos darnos un baño y disfrutar de la puesta de sol y observar las estrellas por la noche.
Para realizar el recorrido, dejamos Puebla de Valles por la calle Soledad, pasamos la ermita y avanzamos entre olivos centenarios (alguno milenario). Se identifican por el tamaño de ramaje y la convivencia de varios troncos juntos, que en realidad corresponden a un solo árbol. El camino va a media ladera dejando atrás huertos y olivos, olmos y chopos junto al arroyo.
Dejamos a la derecha dos barrancos de hermosas cárcavas rojizas, el Malaño y el de Los Adobes, con represas de gorrones que no consiguen sujetar la erosión. De frente aparece Lomo Gordo, con media luna en lo alto, y jarales cubriendo sus faldas. La pista pasa por el vertedero (en algún sitio tiene que estar y aquí por lo menos sostiene el camino que se está comiendo la erosión) y baja al cauce antes de bifurcarse. Bonitos y longevos olivos junto al camino; al frente la casa blanca de los motores.
Giramos a la derecha y poco después encontramos capas de yeso blanco muy quebradizo en la ladera arcillosa del camino, en una imagen muy curiosa. Estamos a los pies de Peñalbilla, conocido como el “cerro del yeso”, que
según la leyenda anduvo en amores con Lomo Gordo. Pasamos bajo un grupo de nogales que guardan una pareja de ardillas. Ahora el camino va paralelo al Jarama, ya se le oye entre álamos y alisos.
Cien metros más allá encontramos huecos junto a la orilla para acceder a rincones muy variados: playas de grava gruesa y de gorrones, juncales, praderas, cañizales… La pista se aleja del río para darle espacio a una besana de cereales.
Más adelante llegamos al cruce con el camino de la dehesa, que obviamos y seguimos hasta un pedregal sembrado de olivos, donde la senda desaparece. Estamos al borde del acantilado y del cañón del Jarama, que aparece majestuoso. La vista es muy hermosa: de frente los cerros de Valdesotos y el cañón; a nuestra espalda la vega.
A la izquierda, una vereda baja la cuesta, bastante pronunciada, y se dirige rauda a la chopera (¿qué hacen aquí unos nogales?) Tras los chopos, a escasos cien metros se encuentra el Pozo de la Roca, lugar preferido para el
baño de las gentes de Puebla.
Rodeado de alisos y fresnos, el canto del río, la brisa, las truchas que saltan fuera del agua para cazar insectos, el sol y las sombras arboladas… ofrecen un espectáculo que puede completarse con la aparición de las nutrias. Y si es tiempo, date un baño. ¡Inolvidable!
Volvemos a la cuesta y seguimos una sendita paralela al cañón; cincuenta metros después aparece el Pozo Oscuro, identificable por una roca enorme con una cueva a sus pies. Varios chopos y algunos alisos despistados dan sombra a una playa de grava gruesa. Una sendita permite bajar a este rincón de leyenda (del ánima), ofreciendo una visión más intimista del cañón. Excelente lugar para bañarse y husmear entre las oquedades de las rocas. ¡Y con música!
Volvemos arriba y, si nos apetece, seguimos de frente hacia el roquedal del Marralín y sus cuevas, habitadas en otros tiempos; algunas son visitables. Estamos en el llano de la tortilla, donde los maestros de Puebla de Valle
traían a los niños de excursión. Un nido de águilas reales sobrevive en lo alto de las rocas y una colmena hace equilibrios. Desde aquí la imagen del río al fondo del cañón entre la frondosa arboleda y su música resultan maravillosas. Dicen que una hora aquí nos regala semanas de relax.
La vuelta por el mismo camino, con bellísimas imágenes de la vega del Jarama, los montes, La Ribera y sus silencios. Una ruta inolvidable, a realizar en diferentes estaciones, porque las sensaciones serán distintas.
Si buscamos alojamiento, aconsejamos la casa rural La Vereda de Puebla.
Ruta: El Pozo de la Roca
Provincia: Guadalajara
Dificultad: Media
Buenos días,
Queríamos ir este fin de semana a hacer justo esta ruta, porque la verdad parece bastante bonita.
Pero tenía unas dudas. Primero si en esas pozas podemos quedarnos un rato para bañarnos o si no son muy recomendables para el baño.
Y la otra pregunta es si están muy transitadas, porque estamos pensando llevar perros.
Por otra parte, si pudeirais indicarnos como conseguir un mapa para seguir la ruta sería fantástico.
Muchas gracias.
La poza es idónea para darse un refrescante baño, poco transitada, la descubrí gracias al libro ” Veredas y Caminos de la Ribera , Valles del Jarama y el Sorbe” de Francisco Martin, un libro imprescindible para descubrir rincones mágicos de la zona.
Y para apoyarse en cartografía, el mapa de la tienda verde de la Sierras de Ayllón y Ocejón.